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jueves, 31 de marzo de 2011

Miss D - La reina del blues

Nacida Ruth Lee Jones en Tuscaloosa, el 29 de agosto de 1924, Dinah Washington muere en Detroit el 14 de diciembre de 1963. Tan solo tenía 39 años.

Dinah Washington



Fué conocida en todo el mundo por canciones como esta:
Mad About The Boy


O esta otra:
What a Difference A Day Made



Pero los temas que realmente la definieron eran los jazzísticos, a los que ella daba siempre un toque bluessy.

Traigo aquí este 'Send Me To The Electric Chair', que en realidad es una versión del original de Bessie Smith, y que tiene como curiosidad una letra que para la época, los años 20, debió de ser un tanto impactante. La propia Dinah nos lo dice en la presentación del tema.


Send Me To The Electric Chair

Judge, your honour hears my plea, before you open up your court.

I don't want no sympathy, 'cause I just cut my good man's throat.

I caught him with one of them trifling Jane, I warned him lots of time before.

This time I pull my knife and I went insane, now the rest you already know.

So judge, please mister judge, send me to the electric chair.

Judge, please mister judge, I just want get away from here.

I wanna take a journey, to the devil down below.

I killed my man, I wanna reap for what I sow.

So judge, please Mister Judge, send me to the electric chair.

Hum, hum, Lordly, Lordly judge, send me to the electric chair.

Please, Judge and jury, you know I loved him so dear, but I cut him with my Barlow, kicked him in his side, stood and laugh while he died.

So judge, lordly, lordly judge, send me to the electric chair.

One more time I'm pleading, pleading, pleading Judge, send me to the electric chair.

Ha, ha, hum, hum, oh, well, go ahead and burn me 'cause I don't care, I don't want no bondsman to go my bail, I don't wanna spend no, ninety-nine years in jail.

So judge, judge, please Mister judge, just send me to the electric chair.
Escuche mi súplica, juez honorable, antes que comience el juicio.

No pido simpatía, porque yo corté la garganta a mi marido.

Le pillé con una de esas, la insignificante Jane, le había advertido un montón de veces antes.

Pero esta vez cogí el cuchillo y me volví loca, el resto ya lo conoce.

Así que por favor señor juez, mándeme a la silla eléctrica.

Juez por favor, quiero irme lejos de aquí.

Quiero hacer un viaje, al infierno, con el diablo.

Maté a mi hombre, quiero aprovechar lo que hice.

Así que por favor señor juez, mándeme a la silla eléctrica.

Hum, hum, arrogante juez, mándeme a la silla eléctrica.

Por favor jurado y juez, saben que lo amaba tanto, pero lo acuchillé con mi Barlow, lo pateé en el costado, y me reí mientras moría.

Así que juez arrogante, mándeme a la silla eléctrica.

Una vez más estoy suplicando, pidiéndole juez, mándeme a la silla eléctrica.

Ha, hum, oh, bien, adelante quémeme pues no me importa, no quiero que nadie me pague la fianza, no quiero pasarme 99 años en la cárcel.

Así que señor juez por favor, solo mándeme a la silla eléctrica.



Nota: Los cuchillos Barlow fueron de uso muy común en tiempos de Mark Twain.


Con una voz de timbres metálicos, ligeramente chillona, y su vibrato característico, cantó todos los estilos de la época: rhythm and blues, jazz, blues, y pop.
En sus canciones recogió los problemas de la comunidad negra, aunque procurando siempre hacerlo con un cierto humor.

Empezó muy joven en el mundo de la música, primero como cantante de espirituales y más tarde como pianista y cantante de jazz.
Luego la descubriría Lionel Hampton con quien actuaría una temporada, entre los años 1943 y 1946. Fue esa la oportunidad de darse a conocer y grabar su primer disco.
Llegó a convertirse en una gran estrella del rhythm and blues entre 1948 y 1955.
Grabó con algunos de los más grandes del jazz de la época, sobre todo en formato 'bigband'.
Pero al final de su carrera se centró sobre todo en baladas, al estilo de Ray Charles, con acompañamientos suaves de orquesta.

Fue criticada por despilfarrar su talento vocal en productos comerciales de dudosa calidad, pero esto es precisamente lo que le dio una enorme popularidad.

Murió cuando solo tenía 39 años y una gran carrera por delante. Pero en tan solo 24 años de actividad musical nos dejó más de 30 grabaciones en disco, y todavía la dio tiempo a casarse 7 veces.