Recuerda que en este blog es conveniente pinchar en las imágenes.
Puedes encontrarte alguna sorpresa.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Ensayando un poco

SJ
Improvisación nº 1

SJ

12 comentarios:

Sirgatopardo dijo...

¡¡¡Coño, el pacto con el diablo ha dado resultados y ha resucitado a Robert Johnson!!!

jose dijo...

Más quisiera Robert Johnson...





..que resucitar!!

Juan Nadie dijo...

Psché, psché... Siga ensayando, por favor.

marian dijo...

A veces veo muertos.

Xibe dijo...

¡Jo! Tenía abiertas varias páginas y, por casualidad, en otra estaba sonando ¡Robert Johnson! Al principio pensaba que habías te habías metido de segunda guitarra - que conste que pensé que ibas demasiado a tu aire :)
¿El efecto es un chorus? Hace demasiado que no cojo el pedal de efectos

jose dijo...

Joé, si lo sé, no toco, marian!

jose dijo...

Ya sabes, Juan, que lo de ensayar no es lo mio, pero procuraré, procuraré enmendarme.

jose dijo...

Xibeliuss, yo siempre voy a mi aire. De hecho, creo que no he ensayado nunca realmente.
Siempre al primer toque, si queda, queda; si no, otra vez será.
El efecto es un eco estéreo, pero no con pedal sino con un programa, el Reaper. La guitarra es una vieja española con cuerdas de nylon y está grabado al primer toque, como siempre, con un micro de ordenador malo, malo de verdad. De ahí que se aprecie un ruido de fondo considerable.

Sirgatopardo dijo...

Eso te salva, que el equipo de grabación es malo...

jose dijo...

Sí, la guitarra es vieja, el ordenador está hecho polvo, no estoy acostumbrado a la púa -y en este caso la usé-, cuarenta años tocando y solo he aprendido algo en los tres o cuatro últimos...
En fin para qué seguir.
Lo único bueno es el programa Reaper y no sé como se utiliza...
Ah, y se me olvidaba, los dedos empiezan a anquilosarse con la edad.

Pero yo, erre que erre, no me rindo.

Juan Nadie dijo...

Y haces bien, que de cobardes está el mundo lleno.

(ahora que no nos oye, diré que le he visto y oído tocar infinitamente mejor)

marian dijo...

Lo decía por el mencionado resucitado, Jose.
Y no cambio los dedos anquilosados por la edad por nada, vaya.